Anotaciones en el camino...

Los cristianos tenemos un gran mandamiento: Amar a Dios por encima de todas las cosas. Para ello, primero hay que creer en Él y conocerlo; buscarlo y encontrarlo. Estas Anotaciones son solo una invitación para que realices, si no lo has hecho antes, tu propia búsqueda de Dios, de su Palabra, de su Espíritu y puedas conocerlo y amarlo personalmente. Lo que importa es que emprendas ese camino de búsqueda y escribas tus propias anotaciones y las guardes siempre en tu mente y tu corazón.

No abandones el camino...



No abandones el camino

Por muy difícil que algunas  veces encuentres el camino, no lo abandones nunca…  continúa tu lucha por llegar hasta el final. Sin duda alguna, Dios te ayudará y compensará por eso.

Surgirán dudas, te cuestionarás y serás cuestionado por los otros. Probablemente no encontrarás respuesta para todas tus inquietudes, que serán muchas.

Caerás, una y otra vez. Sentirás la fatiga, el agotamiento, el cansancio, la debilidad… pero no dejes que hagan mella en tu voluntad.

No permitas que la frustración, la tristeza o el dolor empuñen tu alma, ni tu corazón.

Tendrás deseos de regresar al punto de inicio, de abandonar tus esfuerzos porque parecieran haber perdido todo sentido.

Pero no cedas, levántate cuantas veces sea necesario, mantén tu mirada firme, siempre hacia adelante. Es tu lucha personal y vas a vencer.

Hallarás bifurcaciones, encrucijadas, otros caminos que lucen aparentemente más atractivos.
Si te desvías, corrige y rectifica. Recupera el rumbo cuantas veces sea necesario y sigue adelante.

Llegarán momentos en los que pensarás que ya todo está perdido, pero ten conciencia de que nada se perderá mientras creas en la bondad y misericordia infinita de Dios.

Él es el Amor supremo, la fuerza que predomina sobre todas las demás. Dios siempre estará presente, alentando y esperándote. 

Por más que quieras dejarlo, Él no te abandonará, porque ha dicho que te ama, y tendrá comprensión y paciencia hasta que vuelvas de nuevo por el sendero que te conduce hacia Él.

Porque Dios te ama, y no dejará que te pierdas, por más perdido que te sientas en cualquier momento.

Levántate y anda, cuantas  veces sea necesario. Nadie dijo que era un camino fácil. Toma tu cruz y sigue a Cristo.

Por más que traten de crucificar tu cuerpo, nunca podrán arrebatarte el alma, que has entregado y ya le pertenece a Dios.

Al final del camino, tu encuentro será definitivo con Dios, en su Reino de la Paz y con una nueva vida… eterna!

Y entonces, calladamente sabrás que has vencido,  ante Dios y ante todo el mundo.

Felicitaciones, has recibido la bendición de Dios para siempre.

Macaira

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