No abandones el camino
Por muy
difícil que algunas veces encuentres el
camino, no lo abandones nunca… continúa
tu lucha por llegar hasta el final. Sin duda alguna, Dios te ayudará y
compensará por eso.
Surgirán
dudas, te cuestionarás y serás cuestionado por los otros. Probablemente no
encontrarás respuesta para todas tus inquietudes, que serán muchas.
Caerás, una
y otra vez. Sentirás la fatiga, el agotamiento, el cansancio, la debilidad…
pero no dejes que hagan mella en tu voluntad.
No permitas
que la frustración, la tristeza o el dolor empuñen tu alma, ni tu corazón.
Tendrás
deseos de regresar al punto de inicio, de abandonar tus esfuerzos porque
parecieran haber perdido todo sentido.
Pero no
cedas, levántate cuantas veces sea necesario, mantén tu mirada firme, siempre
hacia adelante. Es tu lucha personal y vas a vencer.
Hallarás
bifurcaciones, encrucijadas, otros caminos que lucen aparentemente más
atractivos.
Si te
desvías, corrige y rectifica. Recupera el rumbo cuantas veces sea necesario y
sigue adelante.
Llegarán
momentos en los que pensarás que ya todo está perdido, pero ten conciencia de
que nada se perderá mientras creas en la bondad y misericordia infinita de
Dios.
Él es el
Amor supremo, la fuerza que predomina sobre todas las demás. Dios siempre estará
presente, alentando y esperándote.
Por más que
quieras dejarlo, Él no te abandonará, porque ha dicho que te ama, y tendrá comprensión
y paciencia hasta que vuelvas de nuevo por el sendero que te conduce hacia Él.
Porque Dios
te ama, y no dejará que te pierdas, por más perdido que te sientas en cualquier
momento.
Levántate y
anda, cuantas veces sea necesario. Nadie
dijo que era un camino fácil. Toma tu cruz y sigue a Cristo.
Por más que
traten de crucificar tu cuerpo, nunca podrán arrebatarte el alma, que has entregado
y ya le pertenece a Dios.
Al final
del camino, tu encuentro será definitivo con Dios, en su Reino de la Paz y con
una nueva vida… eterna!
Y entonces,
calladamente sabrás que has vencido, ante Dios y
ante todo el mundo.
Felicitaciones,
has recibido la bendición de Dios para siempre.