El Espíritu Santo de Dios nos fue
mostrado por Cristo, mediante sus palabras y su ejemplo.
El Amor Paternal es el verdadero Espíritu
Santo de Dios.
Nosotros hemos encontrado el Amor de
Dios presente entre nosotros y hemos creído en su Amor.
Dios es Amor. El que permanece en el
Amor, en Dios permanece y Dios en él.
I Juan 4, 16
Todo el que ama ha nacido de Dios. El
que no ama no ha conocido a Dios porque Dios es Amor.
I Juan 4, 8
Se les enseñó desde el principio que
se amen los unos a los otros.
I Juan 3,11
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y el más importante de los mandamientos y después viene otro semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Toda la Ley y los Profetas se fundamentan en estos dos mandamientos.
Mateo 22,37
El que guarde sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él.
I Juan 3,24
El que guarde mi palabra ése ama perfectamente a Dios.
I Juan 2,5
Nosotros somos de Dios y nos
escuchan los que son de Dios, pero aquellos que no son de Dios no nos hacen
caso. Así conocerán el Espíritu de la verdad y también el espíritu del error.
I Juan 4,6
Si alguien reconoce que Jesús es el
Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios.
I Juan 4,15
El que dice “Yo amo a Dios” y odia a
su hermano, es un mentiroso
I Juan 4,19
El que ame a Dios, ame también a su
hermano
I Juan 4,21
El que ama al Padre, ama también a
todos los hijos del Padre
I Juan 5,1
Estamos plenamente seguros que si le
pedimos algo conforme a su voluntad, Él nos escuchará.
I Juan 5,14
Un hijo de Dios se cuida a sí mismo
y el maligno no puede nada contra él.
I Juan 5,18
El que hace el bien es de Dios. El
que hace el mal no conoce a Dios
I Juan 11
Vean en que conocemos que estamos en
Jesucristo, el que dice “yo permanezco en Él”, debe portarse como Él se portó.
I Juan 2,6
El que ama a su hermano permanece en
la Luz y no hay en él causa de tropiezo.
I Juan 2,10
No amen al mundo ni lo que hay en
él. Si alguno ama al mundo en ése no está el amor del Padre, porque toda la
corriente del mundo es codicia del
hombre carnal, ojos siempre ávidos y gentil que ostenta su superioridad. Eso no
viene del Padre.
I Juan 2,15
Quien obra la justicia, ése ha
nacido de Dios.
I Juan 2,29
No solamente nos llamamos Hijos de
Dios, sino que lo somos.
I Juan 3,1
Quien peca no lo ha visto ni
conocido.
I Juan 3,5
Los que han nacido de Dios no pecan
porque permanece en ellos la semilla de Dios. Ni siquiera pueden pecar porque
han nacido de Dios.
I Juan 3, 9-10
El que no obra la justicia no es de
Dios y tampoco el que no ama a su hermano, pues se les enseñó desde el
principio que se amen los unos a los otros.
I Juan 3, 10-11
Pues al amar nosotros a nuestros
hermanos comprobamos que hemos pasado de la muerte a la Vida.
I Juan 3,14
En nosotros el Amor alcanza su
perfección cuando miramos con confianza el Día del Juicio, por ser ya en el
mundo tal como es Él.
I Juan 4,17
Si alguien cree en el Hijo de Dios en él permanece viva la
declaración de Dios. Esta es la declaración de Dios, que nos ha dado la Vida
Eterna, la cual está en su Hijo
I Juan 5, 10-11
Las palabras que me confiaste, se
las he entregado y las han recibido.
Juan 17,7
No se engañen, nadie se burla de
Dios. Se cosechará lo que se siembra. El que siembra para la carne, cosechará
de la carne corrupción y muerte. El que siembra para el espíritu, cosechará del
espíritu a Vida Eterna. Hagamos el bien sin desanimarnos, al debido tiempo
cosecharemos con tal de que seamos constantes. Por eso, mientras es tiempo hagamos el bien a todos y
especialmente a nuestros hermanos de la Fe.
Gálatas 6, 7-10
El fruto del espíritu es caridad,
alegría y paz; paciencia y comprensión de los demás, bondad y felicidad,
mansedumbre y dominio de sí mismo. Ahí no hay condenación, ni Ley.
Gálatas 5, 22-23
Si vivimos por el espíritu,
dejémonos conducir por el espíritu. No busquemos la vanagloria, que no haya
entre nosotros provocaciones, ni rivalidades.
Gálatas 5, 25-26
Lo que sí importa, es tener la fe
que actúa mediante el Amor. Por la fe en Cristo Jesús, todos ustedes son Hijos
de Dios.
Gálatas 5,6
Es necesario que pasemos por muchas
pruebas para entrar en el Reino de Dios.
Hechos 14,22
No se dejen llamar Maestro, porque
un solo Maestro tienen ustedes, y todos ustedes son hermanos.
Tampoco deben decirle Padre a nadie
en la Tierra, porque un solo Padre tienen: el que está en el cielo.
No deben hacerse llamar doctor, porque
para ustedes Cristo es el Doctor único.
Que el más grande de ustedes se haga
servidor de los demás. Porque el que se hace grande, será rebajado, y el que se
humilla será engrandecido.
¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y
fariseos hipócritas! Ustedes cierran a los hombres el Reino de los cielos. No
entran ustedes ni dejan entrar a los que se presentan.
No los imiten, ya que ellos enseñan
y no cumplen. Preparan pesadas cargas, muy difíciles de llevar y las echan
sobre las espaldas de la gente, pero ellos ni siquiera levantan un dedo para
moverlas.
Todo lo hacen para aparentar ante os
hombres
Aparecen exteriormente como hombres
religiosos, pero en su interior están llenos de hipocresía y de maldad.