Los años 2012 y 2013 fueron años plenos de Gracia. 
Lejos y apartado espiritualmente en el desierto de este mundo pudimos entonces andar algunos pasos más hacia adelante por el Camino de la Vida. El camino hacia la Vida. Pudimos concluir finalmente, tras varios años discontinuos, nuestras  “Anotaciones en el Camino” que quedaron escritas y grabadas en este blog: www.gusper.blogspot.com
Las principales conclusiones, después de estos dos años de profunda reflexión, sustentada en la Palabra de Dios, escrita en la Biblia, son las siguientes:
- Existe un solo y único Dios, supremo      Creador,  a quien llamamos Padre      porque así nos lo indicó y enseñó Cristo.
 
- Dios vive en su Reino de Paz y nos ha      hecho una invitación a través de Cristo para que vayamos a compartir y      vivamos eternamente junto a Él en su Reino.
 
- Eso es posible solo si cambiamos y adoptamos      una actitud diferente, un comportamiento, una nueva forma de ser y hacer,      es decir, un nuevo espíritu, un renacer espiritual, con el cual podemos      habitar sin problemas en ese Reino al que nos invita. 
 
- Dios nos pide que  nos convirtamos y cambiemos de vida y      corazón, de acuerdo con  sus      enseñanzas a través de Cristo, de los Profetas y los Apóstoles.
 
- Nosotros lo humanos podemos adoptar en      esta vida terrenal una gran cantidad de diferentes actitudes y      comportamientos, o espíritus,       formas de ser y de vivir, que van desde el extremo de la bondad      absoluta y el amor fraternal, hasta el extremo opuesto del odio y la maldad      absoluta. 
 
- Los seres humanos tenemos la libertad de      adoptar cualquiera de esos diferentes espíritus, pero solo uno de ellos coincide      con el espíritu de santidad, el que Dios nos pide, como Supremo Creador, que      adoptemos para poder convivir con Él en su Reino. 
 
- Existe un solo Dios, supremo Creador. Es nuestro      Dios Padre.
 
- Existe       un solo Maestro: Dios. El mismo es quien nos enseña directamente,      no hace falta que nos enseñemos uno a otros. Dios se encarga directamente      de hacerlo a su manera. Debemos acudir directamente a Dios a través de la      oración sincera y humilde. 
 
- Él se manifestará y responderá en      cualquier momento. Hay que estar atentos.
 
- Existe un solo Médico: Dios, quien nos cura      de nuestras enfermedades del alma y del cuerpo.
 
- Con el pecado enfermamos nuestro espíritu      y nuestro cuerpo. Dios nos mira, no como pecadores, sino como pacientes, enfermos      que hay que sanar. 
 
- Nos corresponde a nosotros curarnos con su      ayuda. Somos los pacientes de Dios y Él, como médico, está dispuesto a      curarnos si nosotros estamos también dispuestos a hacerlo.
 
- Existe un solo Rey que nos gobierna:      Cristo, Hijo de Dios. No hay otro poder político terrenal que gobierne      sobre nosotros y nuestras conciencias. Todos los otros gobiernos pasan y      perecen.
 
- Existe un solo Sumo Pontífice que es      Cristo, único intercesor de los seres humanos ante Dios. 
 
- No hay otro Sumo Pontífice e intercesor      ante Dios que Cristo, como lo dice Pablo en su carta a  los hebreos. 
 
- Dios elimina los templos, ritos y objetos      materiales del culto. Existe un solo Templo espiritual creado por Cristo.      Somos las piedras espirituales de ese único Templo de Dios. Dios rompe la      alianza con Leví y los levitas. 
 
- Existe un solo Templo de Dios, su Templo Espiritual      construido por Cristo, quien pasó a ser la piedra fundamental. Todos los      que creemos y amamos a Dios somos piedras espirituales de ese Templo, del      que formamos parte. No hay otro Templo de Dios más que este Templo      espiritual. 
 
- Todos los que forman parte de ese Templo      espiritual son también los nuevos sacerdotes del Templo, es decir,  los testigos y mensajeros de Dios y de      Cristo su Hijo. Dios rompe con cualquier otro rito, tradición o culto realizado      con objetos materiales. Lo que cuenta es el nuevo espíritu que debemos      adoptar mediante la conversión según la palabra de Cristo.
 
- Nos comunicamos con Dios mediante la      oración humilde, íntima y en privado, directamente con Él. 
 
- Nuestro prójimo es aquel que se comporta      como el buen samaritano, con caridad y misericordia. No como el levita, ni      el sacerdote, que pasan de largo ante el dolor de los demás. Ama a tu      prójimo como a ti mismo.
 
- Existe un solo Espíritu Santo. Al      adoptarlo como espíritu nuestro, por Gracia de Dios, pasamos a ser hijos      de Él,  a participar de su Reino de      Paz y de la Vida Eterna; a formar parte de su único y gran Templo      Espiritual.
 
- Mostramos si tenemos el Espíritu Santo de      Dios con nosotros, mediante nuestros comportamientos, actitudes, nuestras      formas de hablar y de ser. El Espíritu Santo de Dios es el Espíritu del      Amor. 
 
- Dios es Amor. Los apóstoles Juan y Pablo      describen muy bien cuál es ese Espíritu Santo, el Espíritu del Amor de      Dios y sus características. El espíritu que nosotros debemos adoptar y      seguir para estar en armonía con Dios y su proyecto de vida eterna.
 
- No es difícil saber quien vive con el      Espíritu de Dios y quien no.  Los      que viven de acuerdo con el espíritu de Dios, el espíritu de Amor, y se      comportan y actúan con ese espíritu de santidad, esos ya están con Dios y      forman parte de su Templo y de su Reino. Tienen la Vida Eterna como lo      señala Juan. 
 
- Es ese espíritu el que los hace santos. No      son las ofrendas, ayunos, sacrificios, ni ningún tipo de rito o culto      basado en lo material los que conducen hasta Dios. Solo la conversión en      el amor a Dios es el camino.
 
- El Espíritu Santo o de santidad es el verdadero      Espíritu de Dios, su Espíritu de Amor y de Bondad absoluta; es el mismo      Espíritu que nos mostró Dios a través de Cristo. 
 
- El espíritu de Cristo es de santidad      absoluta, al igual que el Espíritu de Dios, al igual que el Espíritu que debemos      adoptar nosotros si queremos llegar al Reino de Paz y Vida. 
 
- Que todos tengamos ese mismo espíritu de      santidad, que es el mismo espíritu de Dios y de Cristo. Es un mismo y      único Espíritu Santo, el que comparten Dios y Cristo, y quieren que      también esté en nosotros, para ser y tener todos un mismo y único Espíritu      Santo.
 
- Dios vive y se manifiesta  a los seres humanos cuando éstos lo      piden con Fe y humildad. Como dicen Isaías y Jeremías, Dios nos enseña y      corrige directamente a cada uno de nosotros. Como un Padre lo hace con sus      hijos.
 
- Todos los seres humanos debemos hacer un      esfuerzo para cambiar nuestras vidas y nuestras formas de ser,      convertirnos para adoptar ese nuevo espíritu de santidad, de acuerdo con      las enseñanzas de Dios a través de Cristo, de sus profetas y de sus apóstoles.      Debemos cambiar para vivir con su mismo espíritu de Santidad, en su Reino      de Paz, eternamente. 
 
- Nadie puede cambiar o convertirse por      otro. Todos y cada uno de nosotros debemos hacer el propio esfuerzo ante      Dios para convertirnos y poder cambiar,       con la ayuda e intercesión de Cristo y de su Palabra.
 
- El camino de la conversión que nos conduce      hacia el Reino y a la Vida es difícil y lleno de pruebas. Pero Dios es      fiel y leal con sus promesas. Allí están nuestra esperanza y nuestra fe,      que  debemos mostrar con un nuevo      espíritu de santidad y de Amor a Dios.