Cuando piensas que has llegado al final de camino que conduce al Reino de Dios, alguna vez te darás cuenta, que no es así y que, por el contrario, aún te faltan muchas otras montañas, mares, selvas y desiertos que atravesar.
Sin embargo, habrá un momento, un instante casi imperceptible, - mágico - en el que te percatas que ya estás en un punto de no retorno. En el que ya no hay regreso posible.
Es porque tu Dios Padre te sostiene con sus brazos.
Es porque tu Dios Padre te sostiene con sus brazos.
Sientes entonces la cercanía a un sitio maravilloso, cuya atracción se percibe y te da más fuerzas para seguir adelante. Como si estuvieras volviendo a la tranquilidad del hogar, a tu refugio de siempre, allí donde te encuentras feliz y a gusto, y de donde ya nadie te puede sacar.
A partir de ese momento, ya no hay pasado... todo te ha sido perdonado.
Ahora solo queda por delante la imagen de vivir en el Reino de la Paz
junto a tu Dios Padre.
Él es quien vela por ti y siente la alegría de saber que finalmente estás llegando...
Ahora solo queda por delante la imagen de vivir en el Reino de la Paz
junto a tu Dios Padre.
Él es quien vela por ti y siente la alegría de saber que finalmente estás llegando...
Llegas al Reino donde no hay leyes, ni pecado, ni presiones, ni maldad, ni violencia. Solo paz, bondad y armonía.
Es el Reino de la Paz al que has entrado por tu propio esfuerzo, con tu espíritu renovado y limpio, gracias a la ayuda y guía de Jesús y de Dios, tu Padre.
Es el Reino de la Paz al que has entrado por tu propio esfuerzo, con tu espíritu renovado y limpio, gracias a la ayuda y guía de Jesús y de Dios, tu Padre.
El pasado ya no cuenta. Estás en una nueva etapa,
donde todo lo pasado pasó y se quedó atrás.
Nuestro futuro es la plenitud de esa felicidad, de haber encontrado y estar cerca de Dios y de su Hijo, compartiendo con Ellos un mismo espíritu de santidad,
su Espíritu Santo, el Espíritu del Amor Eterno de Dios.
donde todo lo pasado pasó y se quedó atrás.
Nuestro futuro es la plenitud de esa felicidad, de haber encontrado y estar cerca de Dios y de su Hijo, compartiendo con Ellos un mismo espíritu de santidad,
su Espíritu Santo, el Espíritu del Amor Eterno de Dios.
La lucha contra el espíritu del mal termina en algun momento,
dejando el camino libre hacia el Reino de Dios.
dejando el camino libre hacia el Reino de Dios.
El demonio tratará de arremeter una y otra vez,
buscando cualquier pretexto en el pasado.
Pero ya no hallará nada en el pasado
buscando cualquier pretexto en el pasado.
Pero ya no hallará nada en el pasado
¡porque Dios lo ha borrado todo!
Pedimos perdón por todo el daño que pudimos causar en esta lucha espiritual desenfrenada, que muy pocos están en capacidad de entender.
Ha sido una lucha tenaz, en la que muchas veces perdimos
el control de nuestros propios actos.
Asimismo, perdonamos a todos los que voluntaria o involuntariamente
nos hicieron daño.
el control de nuestros propios actos.
Asimismo, perdonamos a todos los que voluntaria o involuntariamente
nos hicieron daño.
La vida sigue ahora por un rumbo distinto, hemos cambiado nuestro espíritu y nuestro corazón, que ahora solo tienen un destino: el que nos mostró Cristo…
Nuestro Dios Padre y su Reino de Paz.