Existen las sombras porque existe la luz;
existe el pecado porque existen las leyes;
existe el mal porque existe el bien.
Cada persona decide si quiere
vivir en la luz o en la sombra;
en el pecado o acorde con la Ley de Dios;
si con el bien o con el mal.
Es su libre potestad
y cada quien debe asumir la responsabilidad
y las consecuencias de su eleccion.
La diferencia radica en vivir o no vivir con Dios.